“Andar a caballo en la finca de la abuela Etelvina”, dice Fernando mientras clava la mirada en la nada, como buscando en el aire aquella imagen de niño. Esos trotes y galopes son lo que más recuerda de su infancia en Tucumán.
Fernando Chamut nació en pleno verano del ’62 en San Miguel. Hizo la escuela primaria y secundaria en el Colegio Salesiano y se recibió de ingeniero en la Facultad Nacional de Agronomía en Tucumán.
Hoy trabaja como Representante Técnico Comercial para el NOA para la empresa TECNOMYL S. A., un equipo de gente de primera que se ayuda en todo, desde el gerente hasta la administración, logística y depósito. Todos son uno.
Además de visitarlos en sus campos, asesorar y vender productos innovadores, Fernando intenta siempre que los clientes puedan proveerse de todo; “tarea muy difícil en un país tan inestable como el nuestro”, dice. También organiza eventos y reuniones para la empresa, donde puede profundizar la buena relación que tiene con sus compañeros y clientes.
Con 57 años, Fernando sigue el pié del cañón porque “el campo tiene siempre mucho potencial y, a pesar de los años, sigo aprendiendo cosas nuevas sobre cultivos, productos y tecnologías”.
Afuera de la empresa, Fernando comparte su tiempo con Florencia, su mujer y sus cuatro hijos. Tiene como hobbie hacer trabajos de carpintería y también le gustan los deportes. ¿Cuáles? Practica squash y le encanta el rugby, donde tiene en su corazón al Club Rugby Tucumán.
Hoy sigue recorriendo y compartiendo experiencias y conocimientos, soñando con un país más estable, con más y mejores condiciones para todos… como en los tiempos de la abuela Etelvina, donde todo tenía otro color.
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