Como nunca antes en la historia de la humanidad, en las dos últimas décadas hemos visto cómo la tecnología está moldeando nuestro mundo. La revolución tecnológica y la transformación digital del siglo XXI exigen que nos adaptemos con velocidad a los cambios que tienen lugar en todo tipo de industrias.
En este escenario de mutación permanente, el agro se encuentra ante una gran oportunidad: a través de la investigación, el desarrollo y la innovación, el sector puede avanzar hacia un futuro cada vez más eficiente y sustentable, aprovechando las nuevas posibilidades que ofrece el ecosistema digital.
En el campo moderno no resulta extraña la presencia de drones en los cielos, sensores en los suelos, tractores guiados por GPS y productores tomando decisiones con la ayuda de aplicaciones, sistemas y dispositivos digitales. Este escenario -cada vez más habitual- representa el triunfo de la ciencia de datos aplicada a la agricultura.
Big Data, la gran revolución
Estamos ante una nueva era de la agricultura digital, una época bisagra que seguramente marcará un antes y un después en la historia de la agricultura y en la producción de alimentos a gran escala. Uno de los conceptos más innovadores y disruptivos de este tiempo es el de Big Data: un conjunto de estrategias y herramientas que buscan obtener valor agregado del procesamiento de datos. La recopilación, el análisis, el entrecruzamiento y la visualización de esta información en tiempo real ayuda a los productores a tomar mejores decisiones en su lugar de trabajo. Gracias al Big Data, es posible comparar lotes, densidades, índices de biomasa, etc. Incluso, interpretar el clima en regiones determinadas, abarcando aspectos meteorológicos y geográficos. El procesamiento y la posterior visualización de estos datos representa una ayuda de gran valor, que permite manejar los cultivos de forma más eficiente y reducir la aplicación de productos agrícolas.
Tecnología y sustentabilidad
El uso cada vez más extendido del Big Data en el sector agropecuario está vinculado con la transformación digital, que tiene la virtud de ofrecer nuevas soluciones a viejos problemas.
El Big Data y las tecnologías aplicadas al agro (ver recuadro de FieldView®,), además de herramientas clave para obtener mayores rendimientos por hectárea, son grandes aliadas de la sustentabilidad. La lectura de mapas satelitales, la decodificación de datos obtenidos por sensores en los suelos, el entrecruzamiento de información y el desarrollo de modelos predictivos, proporcionan a los productores las recomendaciones más adecuadas y, por lo tanto, las más eficientes desde el punto de vista ambiental.
Gracias a estas tecnologías, hoy en día, disponemos de una montaña de datos al alcance de nuestra mano con un celular, computadora o tablet. Esta información nos puede indicar, por ejemplo, la cantidad justa que necesitamos aplicar de un producto fitosanitario en determinado punto del lote. Este nivel de precisión nos ayuda a ahorrar, pero también evita que se malgasten valiosos recursos naturales.
¿Qué beneficios aporta el Big Data a la agricultura?
• Reducción de costos de producción al optimizar la aplicación de insumos. • Toma de decisiones más acertadas, basadas en la interpretación de datos climáticos y de la producción agrícola. • Acceso de manera remota y en tiempo real a información, permitiendo monitorear y gestionar online cualquier campo.
Fuente: BAYER
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