Cada campo es diferente. Cada campo es único. Los agricultores deben recurrir a su conocimiento y experiencia para maximizar el potencial de su terreno utilizando la menor cantidad de recursos posible. Y son expertos en esto.
Los agricultores de maíz de la región medio oeste de Estados Unidos, por ejemplo, saben que los tiempos son esenciales. Han aprendido a interpretar indicios específicos para decidir cuándo es el momento ideal para cosechar, por ejemplo, apretando los tallos del maíz o prestando atención a la aparición de la "capa negra" en los granos. Incluso tienen un refrán que les recuerda que, si para el 4 de julio, los cultivos llegan a la altura de la rodilla, la cosecha será abundante.
No obstante, a pesar de todo su conocimiento experto, los agricultores de todo el mundo están bajo una enorme presión de mejorar sus cosechas cada año. Para 2050, se prevé que la población mundial ascenderá a casi 10.000 millones de personas: otras 2.200 millones de bocas que alimentar. Al mismo tiempo, el cambio climático está aumentando las probabilidades de eventos climáticos extremos, como sequías, olas de calor e inundaciones.
Son nuestros agricultores quienes llevan la responsabilidad de sembrar cultivos que alimenten el futuro. Además, deben hacerlo de un modo sustentable que no requiera el uso de más tierra y de aún más recursos. Un problema del siglo 21 requiere una solución del siglo 21: la agricultura se digitaliza.
Los datos que impulsan el futuro de la agricultura En esta nueva era, el papel cada vez más preponderante del Big Data en la agricultura es un punto central. Los agricultores ahora pueden obtener datos en tiempo real que los ayuden a comprender mejor los factores esenciales que contribuyen al rendimiento de sus cultivos. Ya sea para obtener un panorama detallado de la variabilidad en cada campo, saber la cantidad óptima de semillas que deberían plantarse o supervisar el estado de un cultivo a lo largo de toda la temporada agrícola. En cada uno de los puntos de la cadena de suministro agrícola, ahora existen herramientas que recopilan y analizan datos para ayudar a los agricultores a tomar decisiones mejor informadas y asegurar la mayor producción de los cultivos. Desde la plantación hasta la recolección, las tecnologías digitales están ayudando a los agricultores a aprovechar al máximo cada cultivo:
Semillas
Todo comienza con las semillas. Elegir las correctas es esencial para obtener las mejores cosechas, y la tecnología digital está ayudando cada vez más a los agricultores a lograr esto. Los investigadores ahora utilizan modelos informatizados para mejorar el cultivo de semillas y producir características beneficiosas en las plantas de modo mucho más rápido y eficaz. La empresa de agricultura digital The Climate Corporation está desarrollando una tecnología predictiva de selección y colocación de semillas que utiliza el aprendizaje automático (machine learning) para evaluar las semillas que mejor rinden en las condiciones específicas de cada campo.
Suelo
Incluso en un mismo campo, la calidad del suelo puede variar significativamente. Cuanto más conoce el agricultor sobre el suelo, mejor puede mantenerlo en condiciones y seleccionar las variedades de semillas adecuadas para sembrar. Los sensores de suelo pueden proporcionar datos en tiempo real sobre los niveles de humedad, nitratos y acidez. Esto les permite a los agricultores mapear de modo preciso la variabilidad del suelo en sus campos y decidir qué plantar y cuándo irrigar, fertilizar y cosechar sus cultivos.
Campos
La combinación de los datos de sensores en el campo con imágenes de satélite y de drones les proporciona a los agricultores la posibilidad de supervisar sus campos de modo continuo y ver cómo evolucionan durante la temporada de cultivo. Los mapas de vegetación les permiten supervisar la biomasa conforme pasa el tiempo, mientras que los mapas de exploración los ayudan a identificar a tiempo problemas como malezas o enfermedades y actuar rápidamente. Los agricultores también pueden utilizar los mapas digitales para comparar datos cruciales del campo, como el estado del suelo, la aplicación de semillas y las producciones históricas, lo que los ayuda a tomar mejores decisiones tanto para la cosecha actual como para las futuras.
Maquinaria
El uso de tractores autónomos y robots en la agricultura se está volviendo el modo más común de automatizar tareas que llevan tiempo y de liberar al agricultor de la máquina; y los hay de todas formas y tamaños. Ya existen sistemas de guía automáticos para tractores, pero pronto los acompañarán tractores sin conductor que pueden programarse a través de tablets y tomar decisiones en el campo en tiempo real. En el otro extremo, ingenieros están desarrollando un enjambre de pequeños robots de seis patas parecidos a cangrejos que podrían plantar semillas de forma autónoma en un campo y, si fuera necesario, rociar a cada uno de los cultivos con fertilizantes o herbicidas.
El rostro de la agricultura del futuro La tecnología digital tiene el potencial de transformar la agricultura en todos los niveles, al ayudar a los agricultores a implementar sus recursos de modo no solo más eficiente, sino también sustentable. Esto no beneficia solo a los grandes agricultores del mundo desarrollado: las soluciones digitales inteligentes también están ayudando a los pequeños agricultores en economías emergentes. La agricultura tiene un nuevo rostro.
Fuente: Bayer Cono Sur
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